Iria Lama Izquierdo | Larabanga (Ghana)

Después de una dura semana de adaptación, las estudiantes de la Universidad de Valladolid estamos listas para empezar a contar nuestra aventura por tierras ghanesas. Antes de empezar a contaros curiosidades sobre este peculiar país, nos gustaría plasmar cómo ha sido la primera toma de contacto con nuestra nueva vida aquí. Para ello, he realizado un cuestionario, a modo de entrevista, a mis compañeras de Magisterio, con el fin de conocer, desde la perspectiva de una maestra en prácticas española, su opinión sobre la educación en Ghana y cómo están afrontando su proceso de inducción a la práctica docente en un contexto socioculturalmente diferente.

Ningún cambio es fácil, ya que supone adentrarte en una experiencia nueva, dejando atrás lo conocido hasta el momento, dejando atrás la zona de confort. No hay cambio sin riesgo, pero ¿qué sería de nuestra vida sin cambios, sin riesgos? Monotonía, rutina, oxidación, estancamiento… Muchas veces no vemos lo peligroso que es acostumbrarse, acomodarse, cerrarse a lo desconocido. No somos conscientes del poder de mover ficha, de gritarle al mundo que nada está escrito y que, siempre que haya motivación y ganas, todo se puede hacer y es susceptible de mejora, pese a los miedos, inseguridades y problemas imprevistos. En este primer reportaje, quiero reivindicar el mérito de la gente que se conciencia, que se atreve y que, como nuestras cuatro estudiantes de magisterio, ven en la educación y la palabra, el motor de un cambio necesario en la forma de ver, en la forma de mirar África.

 

VIOLETA (20 años), estudiante del Doble Grado de Educación Primaria y Educación Infantil en la Facultad de Educación de Palencia en el Campus «La Yutera» de la Universidad de Valladolid.

  1. ¿En qué clase vas a realizar tus prácticas?

El lunes y el martes estuve con Kindergarten 1, equivalente a primero de infantil. Hay 90 alumnos y alumnas en total, pero acuden unos 60 diariamente. La profesora se llama Juliana. El miércoles cambié a P4, correspondiente a cuarto de primaria, ya que era donde me tocaba realizar mis prácticas. Tenemos 69 alumnos y alumnas en lista, aunque acuden unos 55 al día. El tutor se llama Rauf.

  1. ¿Cómo te has sentido a nivel emocional?

El momento en el que llegué, me sentí súper acogida por el alumnado y la maestra, aunque cuando me puse al frente de la clase empecé a agobiarme porque me sentía perdida, ya que en primero de infantil los niños y niñas no saben inglés (hablan la lengua tribal no escrita: el kamara) y debido al número, no todos me hacían caso. Sin embargo, tras cambiar a cuarto sentí más tranquilidad ya que mi profesor me ha dado mi espacio para realizar actividades, pero no me deja toda la carga a mí.

  1. ¿Cómo ha sido la realidad en base a las expectativas que tenías?

Sabía que las clases eran muy numerosas, pero no pensé que tanto. Es difícil realizar actividades para un grupo tan numeroso de alumnos y con un material limitado; aunque lo que se me hace más duro es que no me entiendan porque no saben bien inglés.

  1. ¿Qué metodología has elegido seguir una vez conocida la realidad de lo que va a ser tu día a día?

Como novedad para ellxs, realizo actividades que tengan algo de juego y hago mapas conceptuales para ciertas lecciones; pero utilizo la clase magistral, que es a lo que están acostumbrados, para explicar el temario.

  1. En una palabra/expresión la primera semana ha sido: LOCURA

 

ALEJANDRA (27 años), estudiante del Grado de Educación Infantil en la Facultad de Educación de Segovia del campus «María Zambrano» de la Universidad de Valladolid

  1. ¿En qué clase vas a realizar tus prácticas?

En Kindergarten 2, equivalente a segundo de infantil. La profesora Yamana y yo somos las encargadas de 55 alumnos de entre 4 y 6 años.

  1. ¿Cómo te has sentido a nivel emocional?

He sentido que no tengo protagonismo en el aula en cuanto a que los niños y niñas me respeten. La profesora usa la vara y los «capones» para que el alumnado le respete y le haga caso. Cómo bien me dijo ella, aquí los niños aprenden a base de dolor. En cambio, yo uso la palabra y al estar ellos acostumbrados a aprender mediante la violencia, es difícil que me hagan caso.

La comunicación con los alumnos es complicada porque sólo hablan kamara, no hablan inglés, por lo que siempre requiero de la ayuda de alumnos de primaria o de la profesora para que me ayuden a traducir. A pesar de que voy adquiriendo alguna que otra palabra básica de esta lengua, durante mi estancia será complicado poder comunicarme con ellos como me gustaría para que el trato fuese personalizado.

Creo que mis prácticas aquí es experiencia fantástica para poder desarrollar mi creatividad e imaginación ya que con pocos recursos se pueden hacer grandes cosas, grandes proyectos y hacer que el aprendizaje sea vivencial, lúdico y divertido para los niños y las niñas. Por otro lado, me parece que en muchas ocasiones no hay un vínculo fuerte de escuela y familias porque estas no dan demasiada importancia a la educación escolar, por lo que el trabajo en el aula se hace más duro todavía.

Los métodos de aprendizaje me parecen muy tradicionales, pero también hay que tener en cuenta que los maestros han aprendido así, han aprendido a hacer lo que les dicen sin ser creativos y teniendo ser diferente al resto cuando debería de ser al contrario. Una persona segura de sí misma no le da miedo ser diferente al ser y así desarrollar su creatividad e imaginación. Están limitados en ese aspecto. Quizá tampoco conozcan otras metodologías o simplemente sea lo más cómodo para ellos, cosa que ocurre en muchos casos en todo el mundo, no sólo en África. Debido a este aprendizaje tradicional me siento algo frustrada por los niños porque tienen la necesidad aprender de forma dinámica y divertida, porque así es como se estimula su aprendizaje, así que dentro de las posibilidades que tenga, me gustaría llevar a cabo actividades más lúdicas para que aprendan más y no de forma memorística y mecánica que es a lo que están acostumbrados.

¡Principalmente he venido aquí a aprender y tengo muchas ganas de hacerlo!

  1. ¿Cómo ha sido la realidad en base a las expectativas que tenías?

Realmente me lo esperaba así debido a las reuniones y charlas que habíamos tenido previamente con personas que han venido en años anteriores. Sabía que no iba a ser fácil, que tendría muchos niños y niñas en mi clase, que no hablarían inglés (que yo tendrías que enseñarles inglés en inglés…), que aprenden a base de dolor (vara), usan métodos de aprendizaje tradicionales, tienen pocos recursos, etc.

  1. ¿Qué metodología has elegido seguir una vez conocida la realidad de lo que va a ser tu día a día?

Soy muy firme en cuanto a que los niños y niñas deben de aprender en base a la experiencia, de forma lúdica y divertida. Por tanto, el aprendizaje ha de ser significativo y experimental (educación activa). De esta forma conseguiremos que afiancen los conocimientos y que no repitan como loros algo que luego van a olvidar cuando hagan el examen (tipo test y memorístico). El juego es un gran aliado en la primera infancia y voy a sacarle el máximo partido posible en mis clases, dando al alumnado más protagonismo dentro del aula y conseguir que vayan a la escuela felices y contentos de aprender.

  1. En una palabra/expresión la primera semana ha sido: CAÓTICA.

 

ROMY (24 años), estudiante del programa de estudios conjuntos de Educación Primaria y Educación Infantil de la Facultad de Educación de Segovia del Campus «María Zambrano» de la Universidad de Valladolid.

  1. ¿En qué clase vas a realizar tus prácticas?

En P2, que equivale a segundo de primaria. Tengo 58 alumnos conmigo y mi profesor se llama Hashim.

  1. ¿Cómo te has sentido a nivel emocional?

He sentido sensaciones nuevas y extraordinarias al estar la primera vez como maestra en una clase y al estar fuera del país de mi habla natal. Los niños no están acostumbrados a normas ni rutinas, pero son un encanto, todos quieren saber de ti creando así una integración máxima hacia tu persona. Recuerdo el primer día cuando me presentaron en clase los 58 alumnos: 116 ojos apuntando a mí, se iba creando una especie de frenesí dentro de mí. Su carisma y afecto hacen que me sienta cómoda para abordar con ellos cualquier tipo de actividad, tienen una especie de mirada de querer aprender el máximo de ti y contigo. Lo que no se dan cuenta es que en esta experiencia no sólo yo les ayudaré a aprender, sino que ellos también serán mis maestros en esta gran aventura.

La mejor sensación es cuando llego a clase y todos mis niños empiezan a gritar emocionados: “Madamme, Madamme”, sólo falta que uno empiece para que todos me den la mejor bienvenida para mi mañana. ¿Se puede empezar mejor? Estoy segura que no. Esta ha sido la primera semana de todas las magníficas semanas que nos quedan en el colegio «Wulugu» de Larabanga. Estoy segura que aprenderé mucho de mis niños, de mi profesor y de la cultura del pueblo. Así lo he podido comprobar tras las caminatas por la tarde donde te encuentras con muchas familias que te invitan gratamente a pasar a casa y probar lo que han preparado de cena.

  1. ¿Cómo ha sido la realidad en base a las expectativas que tenías?

La realidad que me encontré en clase fue con casi el doble de peques de lo que me imaginaba. Sin embargo, por ser mayor cantidad no significa que no quieran aprender, todo lo contrario. Están ansiosos de nuevas actividades diferentes a las que están acostumbrados, de momento todo lo que he llevado a cabo en clase se ha podido trabajar perfectamente gracias a su colaboración. Cada propuesta, cada esfuerzo que llevamos a cabo, es totalmente valorado y agradecido por ellos. La mirada no miente «the eyes never lie». Así puedo ver en ellos cómo les llena de satisfacción aprender conmigo.

Haciendo memoria, nunca me imaginé que mi ruta hacia el cole fuera a ser tan sumamente divertida, es super refrescante caminar por la mañana hacia el colegio con la brisilla que te roza la cara. Al encontrarse el colegio en la calle principal, los niños al final vienen detrás tuya y algunos te cogen de la mano como símbolo de cariño y lealtad. Esto me resulta reconfortante y enriquecedor a nivel personal.

En esta semana he podido hacer muchas cosas, cómo introducir rutinas, normas y hábitos en clase, las cuales iremos reforzando según avancen las semanas. Sinceramente, pienso que esta experiencia va a formarme como la docente que siempre he querido ser, empeñada y entregada con sus alumnos.

  1. ¿Qué metodología has elegido seguir una vez conocida la realidad de lo que va a ser tu día a día?

Cuando llegamos al cole mis compañeras y yo pudimos ver que la metodología que utilizan aquí es diferente a la que estamos acostumbradas. Sin embargo, los profesores del centro están abiertos a nuevas e innovadoras didácticas que queramos proponer. Me siento motivada cuando le comento a Hashim lo que me gustaría llevar a cabo con los pequeños y se suma a la causa, involucrándose y apoyando mi iniciativa profesional.

Creo que la mejor metodología que puedo proponer a mis niños de momento es el aprendizaje por descubrimiento, donde ellos mismos son los que construyan su propio conocimiento. Esto para ellos resulta beneficioso, ya que cada uno lo hará de la manera que él considere que es mejor. Además tengo muchas propuestas y proyectos que poner en práctica con mis niños como cuñas motrices, asambleas donde tratemos «Magic words», valores y trabajo cooperativo. Estoy segura que voy a poder abordar todo lo que esté en mi mano con ellos y así mismo podré enriquecerme de la puesta en práctica.

  1. En una palabra/expresión la primera semana ha sido: ENERGÉTICA.

 

MARTA (21 años), estudiante del grado de Educación Primaria de la Facultad de Educación de Segovia  del campus «María Zambrano» de la Universidad de Valladolid.

  1. ¿En qué clase vas a realizar tus prácticas?

Mi clase es P3, lo que viene siendo tercero de Primaria, por lo que los niños tienen entre 8 y 9 años. Son más de 70 alumnos diariamente, aunque en las listas aparecen más nombres de los que realmente acuden. También es cierto que a veces los de las clases de al lado o los más pequeños se asoman a la puerta o incluso se sientan a ver qué haces.

El profesor se llama Harris y hablando con el me enteré de que también está en prácticas, por lo que no sabe muy bien cómo dar clase y acaba delegando en mí para ello. Para que te hagas una idea, el primer día los alumnos estaban trabajando las multiplicaciones y al día siguiente Harris puso a explicar las sumas y restas, es decir, que no seguía ningún tipo de organización y los niños se dedican a copiar lo que hay en la pizarra sin saber lo que realmente significa. Así que, como me di cuenta por dónde iban los tiros, a partir del segundo día empecé yo a impartir las clases y el simplemente Harris me ayuda a traducir, pues más de la mitad de la clase tienen un nivel muy básico de inglés y no entienden las explicaciones.

  1. ¿Cómo te has sentido a nivel emocional?

Mi primera semana, fue claramente de peor a mejor. He de decir que desde el primer momento me he sentido súper acogida y motivada por mi profesor, ya que siempre está dispuesto a traducir todas las actividades y, éstas, le parecen muy interesantes. También me dice que los ve muy felices, lo que me hace sentirme orgullosa de mí misma, pues creo que estoy motivando a los pequeños a querer aprender e ir al cole. Por otro lado, todos los niños son muy cariñosos y tienen siempre una sonrisa en la cara, cosa que me anima y me da fuerzas para seguir el día aunque estén portándose mal.

  1. ¿Cómo ha sido la realidad en base a las expectativas que tenías?

Por su edad, pensé que serían menos niños y que sabrían más inglés. Aun así, solo me sentí perdida los dos primero días, el resto ha sido increíble. Por otro lado, también pensé que, al ser tantos niños, no se podrían hacer apenas actividades grupales o en conjunto, pero no, he observado que cuando una actividad es buena e interesa, todos quieren participar y saben cómo trabajar. Por último, como mi profesor se fue de clase el primer día, dejándome sola, pensé que todos los días serían igual, pero he llegado a la conclusión que él quiere aprender de mí y cada vez está más tiempo dentro del aula, ayudándome a traducir y participando en las actividades. Tambíen alguna vez se ha quedado dormido, tal como nos avisaron.

  1. ¿Qué metodología has elegido seguir una vez conocida la realidad de lo que va a ser tu día a día?

La metodología que se sigue aquí es tradicional (quizás herencia colonial del sistema educativo británico), por lo que he decidido partir de ésta, mezclarla con metodología participativa. Esto es, después de explicar el contenido, salen varios a la pizarra a aplicarlo. También aprendemos vocabulario a través de juegos de mímica. A su vez, intento que se trate de una metodología activa tratando de fomentar el movimiento en el aula mientras hacen actividades.

  1. En una palabra/expresión la primera semana ha sido:

INNOVADORA.

 

Iria Lama Izquierdo es estudiante de 4º curso del grado de Publicidad y Relaciones Públicas de la Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación de la Universidad de Valladolid (España).