Daniel Maestro Fernández – María Pérez Lobo | Atsiame (Ghana)

A lo largo de la última semana, las clases se han visto relegadas a un segundo plano ante algo que ha captado la atención de maestros y alumnos: el Día de la Independencia. Este es un hecho de gran importancia para esta sociedad, dado que Ghana fue el primer país del África negra en lograr su independencia del Reino Unido en el año 1957, siendo su primer presidente Kwame Nkrumah.

La celebración de la Independencia y, por ende, de la recuperación plena de lo derechos y libertades fundamentales, se conmemora de una forma muy especial en todo el país. Así, en estos últimos días los alumnos de todas las edades, desde Kindergarten 1 hasta el último curso de Junior Secondary, marchaban por el patio de la escuela pública de Atsiame, acompañados por el incesante sonido de la música y los tambores.

Cuando Kwame Nkrumah izó la bandera de Ghana en la noche del 5 al 6 de marzo de 1957, hizo una promesa ante la multitud que festejaba: «Ghana será libre para siempre». Ghana se convertía así en la primera colonia de un país europeo ubicada en el África subsahariana en alcanzar la independencia. (Pineau, 2016, p. 104).

Las palabras de Marisa Pineau evidencian la magnitud del sentimiento de orgullo y pertenencia que se apodera de los ghaneses al conmemorar la independencia de su país, algo de lo que ya hablamos en este blog. Tras años de subordinación respecto de la metrópoli británica, obligada a vivir en la dependencia y la esclavitud, la sociedad ghanesa logró la independencia, aunque el camino fue largo, no exento de dificultades derivadas de los intereses neocolonialistas y los sucesivos intentos de golpes de Estado a manos del Ejército. Con todo, la independencia lograda, convertida en efeméride nacional, es celebrada por todos, por la población local y por los expatriados diseminados por todo el mundo que sienten con orgullo la conmemoración de la liberación de su país.

La importancia del Día de la Independencia, la manera en la que lo viven los niños, con un intenso sentido de pertenencia a su país, nos hace reflexionar sobre el valor de «educar en la memoria histórica». Y hacerlo de forma rigurosa, sin apriorismos ni adoctrinamiento ideológico ninguno, sobre la base de la enseñanza del legado cívico alcanzado, con el reconocimiento de sus luces y sus sombras. Esto es algo que se torna necesario no solo en Ghana, sino también en España y en cualquier otro país del mundo. Es necesario conocer y recordar nuestro pasado para valorar y comprender el camino recorrido hasta llegar al momento actual. La educación ha de ser formar de modo crítico a los alumnos para que comprendan la realidad y el origen de los hechos donde viven. Una educación que reconozca y ponga en valor la conquista de los derechos de ciudadanía adquiridos por el pueblo ghanés.

Según Paulo Freire (1969), la educación ha de «liberar» al hombre de su opresión. Para hacer superar o desbordar esa situación, propone la «concientización». La «concientización» consiste en el (re)conocimiento por parte del oprimido de la situación de opresión en la que se encuentra para que, a través la problematización del conocimiento situado (historia y cultura), transforme de forma crítica su propia realidad. Se trata, pues, de que el oprimido sea actor y protagonista, no un mero espectador, de su propio destino. Desde una perspectiva freireana, la educación sería el medio que posibilita la transformación de las personas que a su vez han de transformar la sociedad, para hacerla más libre, justa e igualitaria.

Desde que el primer rayo de luz asoma por la ventana, cada 6 de marzo, en Ghana se respira felicidad a la par que libertad. Los vecinos cantan y se felicitan por la independencia alcanzada hace algo más de medio siglo. Los niños, algo más desconocedores del origen de la efeméride, escuchan de sus mayores la historia de su país: de cómo unos cuantos barcos extranjeros de origen británico amarraron en sus puertos con intención de quedarse y ser dueños de su futuro, y de cómo, al final, el pueblo ghanés, con Nkrumah a la cabeza, se levantó pacíficamente y se convirtió en el primer país independiente del África negra. ¡El futuro les pertenece!: un futuro donde se siga avanzando en la igualdad de género, en la transparencia en las instituciones y organismos públicos y lucha contra la corrupción, en la mejora de los servicios sociocomunitarios (especialmente en salud y educación), y donde el desarrollo económico sea sostenible.

Daniel Maestro Fernández es estudiante de 4º curso del grado de Publicidad y Relaciones Públicas de la Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación de la Universidad de Valladolid (España).

María Pérez Lobo es una estudiante de 5º curso del doble grado de Educación Infantil y Primaria en la Facultad de Educación de Segovia de la Universidad de Valladolid (España), actualmente realizando sus prácticas curriculares con la ONGd ADEPU en la escuela “Heluvi M/A Basic School” de la aldea de Atsiame, Ghana.