El comienzo del proyecto ha tenido muy buenos resultados, siendo 35 personas las asistentes al curso de costura que se realiza cada tarde de lunes a viernes, y es por esto por lo que apostamos por su crecimiento.
No sabíamos la repercusión que iba a tener esta actividad, todo comenzó como una idea, pero rápidamente se fue extendiendo del boca a boca, tras una reunión con los chiefs y elders empezamos a identificar el número de máquinas de coser que había en la aldea, así como el número de personas que estaban capacitadas para este labor y de enseñarla. Como fruto de esto, han salido 5 formadoras, las encargadas de llevar e impartir las clases, con ayuda de los voluntarios de ADEPU que hacen posible que se lleve un seguimiento y registro de los beneficiarios.

Gracias a estos voluntarios también hemos conseguido arreglar las máquinas de coser, puesto que no había ninguna en funcionamiento. La previsión de la compra de material (telas, agujas, hilos, máquina de coser… ) se está poniendo en marcha dependiendo de que las organizadoras y participantes lo soliciten, de momento, todos queremos apostar por un aprendizaje significativo basado en los principios de colaboración, ajustándonos a las necesidades y demandas de las protagonistas.
Por el momento, hemos hecho la compra de cuatro máquinas de coser. Las organizadoras están pidiendo ayuda para traer a una profesora profesional entre 6 y 9 horas a la semana, ya tienen controlado la técnica para hacer vestidos, pero nuestras ganas de aprender va más allá y queremos seguir acompañando.
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