Raquel García Sanz | Atsiame (Ghana)

En la actualidad, la educación en África se encuentra en un estado de crisis, que puede atribuirse principalmente a las políticas y prácticas coloniales (pedagogías, planes de estudio, libros de texto, etc.) que no se adaptan de forma adecuada a la población dado que excluye la mayoría de la tradición y cultura africana.

Esta entrada de blog trata de rescatar la importancia de la tradición oral como otra forma de conocimiento, como elemento fundamental para crear y recrear identidades colectivas, y como medio para tender puentes entre personas y culturas.

Los cuentos tradicionales son esencialmente lecciones de vida concretas. Estos cuentos africanos de ayer y de hoy nos ponen en contacto con la sabiduría africana que es patrimonio de la humanidad. Reflejan respuestas a la búsqueda incesante del hombre de lo que deben ser sur relaciones sociales, sus relaciones con la naturaleza y con lo trascendente. Los cuentos africanos, como los cuentos nacidos en otras sociedades, son muy importantes para transmitir los valores y las reglas que rigen la sociedad. Suelen ser intrigas en las que los personajes pueden ser humanos, animales u objetos que hablan y se comportan como los humanos. Por su estilo concreto y el papel que tiene la imaginación, los cuentos juegan un importante papel pedagógico. Despiertan interés, son fáciles de memorizar y el mensaje que transmiten es fácil de comprender.

Esta semana, los alumnos de sexto de primaria de la escuela Atsiame «Heluvi M/A Basic School» han tenido unos deberes poco convencionales. El lunes y martes por la tarde debían hablar con personas mayores de su entorno (como pueden ser padres y madres, abuelos, vecinos,…), para descubrir nuevos cuentos e historias tradicionales. El miércoles cada alumno debía contar ese cuento o historia al resto de la clase.Prácticamente todos los alumnos han recurrido a familiares cercanos.

Sandra, de 12 años, nos ha contado “It pays to be honest”. Su abuelo, de 102 años, se lo contó en Ewe y ella lo ha traducido al inglés (la traducción al español es propia)

Érase una vez, dos hombres llamados Graham Boateng y Dennis Amdako. Ambos tenían trabajos bien remunerados en Nestlé Company y estaban muy comprometidos con su trabajo. El director decidió premiar a estos hombres tan trabajadores escogiéndoles encargados de construir unas oficinas nuevas para la compañía. Para ello le dio 10.000 dólares a cada uno. Graham Boateng pensó codiciosamente en que no usaría todo el dinero para ese proyecto, sino que usaría materiales poco costosos para quedarse una parte de ese dinero. Sin embargo Dennis Amdako usó materiales de buena calidad para el proyecto. Cuando llegó el día de presentar las nuevas oficinas, el director le asignó a cada uno la oficina que había construido. Dennis Amdako, muy contento, agradeció al director. En cambio, Graham Boateng parecía muy desanimado y triste. Ahora él se arrepentía de no haber usado buenos materiales para el proyecto. Así es como Graham comprendió que en la vida vale la pena ser honesto.

Joshua, nos cuenta la siguiente historia que le contó su abuelo de 99 años:

Nana Tweneboah Kodua era un Chief supremo de Kumawn. Fue uno de los hombres que se ofreció para el sacrificio. Hace mucho tiempo hubo una gran guerra entre los Ashanti y los Denkyira. Los Ashanti no querían perder la batalla por lo que consultaron a Okomfo Anokye, el cual tras consultar a los Dioses y ancestros predijo que si los Ashanti querían salir victoriosos en la batalla, tendrían que hacer algo. Okomfo les dijo que un Chief Ashanti con un alto cargo como era Nana Tweneboah debería ser sacrificado. Él accedió a dar su vida para que los Ashanti pudiesen ganar. Y desde entonces, por esa razón los nativos de Kumawn llevan unas marcas tribales en su piel para identificarse como descendientes de Nana Tweneboah, ya que él murió para que dichos descendientes pudiesen vivir en paz.”

Si estás interesado en la cultura oral africana, te recomendamos seguir en Facebook a Afrorismos, y leer el libro «Una vida de cuento» de Boniface Ofogo (editado por el Ministerio de Educación y Ciencia, 2006), un cuentacuentos camerunés.

 

Raquel García Sanz es una estudiante de 4º curso del doble grado de Educación Infantil y Primaria (mención Inglés) en la Facultad de Educación de Palencia de la Universidad de Valladolid (España), actualmente realizando sus prácticas curriculares con la ONGd ADEPU en la escuela “Heluvi M/A Basic School” de la aldea de Atsiame, Ghana.