Jaime Falcón López | Larabanga (Ghana)

El crecimiento personal es un proceso madurativo ubicuo y permanente, provocado por experiencias importantes en tu vida. Acabas por enfrentarte a retos que creías incapaz de superar, pero que con esfuerzo y dedicación logras alcanzarlos y seguir avanzando y proponiéndote nuevas metas. Cuando las responsabilidades se van presentando ante tus ojos, comienzas a evaluar tus intereses y aptitudes sin tener muy claro el camino por el que seguir. Pero debes escoger uno.

Estudiar Publicidad y Relaciones Públicas te da una visión muy amplia del mundo. No solo aprendes a desarrollar y potenciar el componente creativo que todos llevamos dentro, sino que aprendes a comunicar un mensaje de forma eficaz a la sociedad, a entender la respuesta que emana de esta a través de un análisis. Tras mucho tiempo pensando que el camino de la creatividad era mi mejor opción, decidí realizar mis prácticas de Cooperación al desarrollo con la ONGd ADEPU, en el marco del convenio que esta entidad tiene con la Universidad de Valladolid (UVa). Estas prácticas se llevarían acabo en la región norte de Ghana, en Larabanga, y mi labor principal consistiría, a través de la metodología de aprendizaje-servicio, en comunicar, mediante las RRSS de la ONGd (Facebook , Twitter e Instagram) todos los proyectos y actividades que lleva a cabo en esta zona del país (labor de los estudiantes en prácticas del grado de Magisterio de la UVa en la escuela “Wulugu”, actividades extraescolares, escuela deportiva, torneos de fútbol, biblioteca escolar…), además de mostrar la cultura y vida cotidiana del lugar y del grupo de voluntarios (Los restos de la marea: la Contaminación, Safe and Sound, La Otra Cara De La Moneda: La Corrupción, Ghanaian Pride, Woman First, Shikuru y La Libertad en Dos Mil Lenguas).

Al principio, no era muy reticente con esta oferta de prácticas ya que a lo largo de la carrera no me había llamado mucho la atención la comunicación y, en consecuencia, me sentía menos capacitado para ello. Sin embargo, dadas las dificultades que podía suponer para mí desempañar este trabajo, me “lancé a la piscina” a ver qué pasaba. De las dificultades es donde más se aprende, pensé. Realmente, nunca había estado más en lo cierto. Hoy, acabo de aterrizar en España, y tengo la sensación de haber comprimido años de crecimiento personal y profesional en unos pocos meses.

Me he dado cuenta de que la comunicación con fines sociales me ha brindado la oportunidad de mirar más allá de lo que veían mis ojos, de entender, de modo crítico, aquello que estaba viendo y viviendo. He tenido la oportunidad de entrevistar al assamble man de Larabanga y escuchar de primera mano historias que forman parte de la cultura más recóndita de África; conocer cómo y por qué piensan así las personas del lugar; haberme encontrado cara a cara con la corrupción policial que se vive en todo el país; la alegría que sentí al darme cuenta que me había integrado perfectamente en la comunidad y me invitaban a eventos y me pedían que llevase la cámara y contase a mi gente todo lo que veía; sentir la traición de un buen amigo del lugar; la soledad que a veces invadía mis pensamientos; el confort de sentirme arropado por una familia que hemos creado con tiempo y paciencia; la libertad que se puede respirar en Ghana; la desesperación de adaptarme a un ritmo de vida muy lento (en comparación con el español); el orgullo de haber contado al mundo lo maravilloso que es este lugar con mi granito de arena y la huella permanente que este lugar ha dejado en lo más profundo de mi ser; el haberme ido con la sensación de haber hecho un buen trabajo y que me he dejado mucho por hacer… Son pequeñas grandes experiencias que sin la mediación de la comunicación no hubieran sido posibles.

Después de meses de trabajo en Ghana, he podido comprobar la importancia que tiene la comunicación y todo lo que puedes cambiar si haces tu trabajo con pasión, esfuerzo, rigor y compromiso social. Por este motivo, quiero dedicar esta entrada, la última de mis prácticas, a relatar mi experiencia como futuro profesional de la comunicación, ahora en formación, vinculada a esta experiencia de cooperación con la ONGd ADEPU.

Hoy nadie duda de que el trabajo de los medios de comunicación son un pilar básico de la democracia. Entendiendo los medios de comunicación como los vehículos para la libertad de expresión y pensamiento. Aproximadamente dos tercios de los países del mundo son “democracias electorales”. Desde principios de la década de 1970, a raíz de «la tercera ola de democratización», más estados han celebrado elecciones multipartidistas, siendo África el continente donde más notorio ha sido este cambio. Sin embargo, la percepción que se tiene sobre la contribución que la comunicación ha podido tener en la instauración y mejora de los sistemas democráticos en África, es desalentadora. Y es que los medios de comunicación tradicionales (la radio, prensa y televisión), a menudo, están controlados por el gobierno de turno y se presta poca atención a las formas más populares de comunicación. A su vez, las empresas propietarias de los medios de comunicación son altamente vulnerables a la corrupción y negligentes en el cumplimiento de los valores éticos propios del trabajo que realizan. Obviamente, este panorama difiere en los países africanos en función de los patrones de lengua y colonización. Así, los medios de las antiguas colonias británicas (Kenia, Nigeria, Ghana y Tanzania), responden al modelo liberal de empresas mediáticas fuertes y periodismo profesional; por el contrario, los medios de las antiguas colonias francesas y belgas sufren de profundas debilidades estructurales. Ejercer el periodismo a veces es sinónimo de cárcel o muerte. De los diez países más peligrosos para ejercer esta profesión, dos se encuentran en África: Nigeria y Somalia.

En la mayoría de los países de África central, cada partido/candidato ha tratado de controlar los medios de comunicación, en un entorno en el que la prensa privada nació solo hace 20 años, al mismo tiempo que el pluralismo político. La cobertura mediática también está fuertemente influenciada por el tono utilizado por los candidatos políticos y sus declaraciones incendiarias. El caso de Costa de Marfil, en el oeste africano, muestra igualmente las tendencias señaladas, pues presenta un escenario de medios muy concentrado en manos de figuras políticas conocidas y sus aliados. El diario Notre Voie, pertenecía al expresidente Laurent Gbagbo, y el ministro del Interior, Ahmed Bakayoko, es el accionista mayoritario (475 de un total de 500) de la editorial Mayama et Producction. Las acciones del Grupo Cyclone SARL, editores de prensa pro-Laurent Gbagbo, se dividían entre dos accionistas: Bamba Nadiani (segunda esposa de Gbagbo) y Gbagbo Koudou Al Rais David (su hijo). Los medios de este país suelen ser vistos más en términos de lugares en los que se adquiere capital social e influencia política que como plataformas para informar de forma plural a la sociedad. Mientras, la percepción occidental de los medios de comunicación como lugares donde se ejerce y garantiza el derecho a una información objetiva, puede ser un discurso demasiado idealista, que dista mucho con lo que en realidad sucede en los países más desarrollados donde son poderes fácticos al servicio de sus intereses de mercado e influyen y son influidos por el poder político.

«El mundo de las finanzas reúne las cuatro cualidades que hacen de él un modelo perfectamente adaptado al nuevo orden tecnológico: es inmaterial, inmediato, permanente y planetario. Atributos, por así decirlo, divinos y que, lógicamente, dan lugar a un nuevo culto, a una nueva religión: la del mercado. Se intercambian instantáneamente, día y noche, datos de un extremo a otro de la Tierra. Las principales Bolsas están vinculadas entre sí y funcionan en bucle. Sin interrupción. Mientras que, a través del mundo, delante de sus pantallas electrónicas, millares de jóvenes superdiplomados, superdotados, pasan sus días colgados del teléfono. Son los expertos de la nueva ideología dominante: el pensamiento único. La que siempre tiene razón y ante la que todo argumento -con mayor motivo si es de orden social o humanitario- tiene que inclinarse». (Chomsky y Ramonet, 2002, p. 57)

­­La información sobre África arrastra una década de crisis. Este hecho hace que no haya casi periodistas desplazados sobre el terreno, o los que están se encuentran una situación de precariedad absoluta, trabajan como freelance, teniendo que ofrecer sus reportajes a posteriori a los medios de comunicación más “sensibles” y susceptibles de publicárselos. Para los grandes medios de comunicación, África es sinónimo de guerras, pobreza, hambrunas, enfermedades y epidemias (sida, ebola, malaria…), sometimiento de la mujer (ablación del clítoris) y corrupción, salvo honrosas excepciones («África no es un país» de El País o «Universo África» de La Vanguardia). Gracias a los suscriptores (alternativa al mercado de la comunicación actual), se abre un horizonte para conocer África, a través de medios como eldiario.es, lamarea.com, mundonegro.es, «con M de» Público, o la excepcional revista Revista 5W.

Como hemos visto, la situación de la comunicación en África es compleja, pero se vislumbra un horizonte lleno de esperanza, no exenta de dificultades, eso sí. Esta es una de las motivaciones que me lleva a querer continuar con esta labor tan maravillosa que he iniciado con esta experiencia y que deseo seguir realizando en el futuro. Después de 24 años de ensimismamiento, creo que es hora de abrir los ojos y dejar atrás una vida llena de dependencias, comodidades y superficialidades que nos proporciona este sistema capitalista, y dejar de ignorar la realidad del mundo, más allá de mi realidad próxima.

También me gustaría hacer un llamamiento a la verdad: a la necesidad y compromiso ético y profesional de contrastar cualquier información que nos llegue independientemente del origen de la fuente; a ver más allá de nuestros propios deseos, intereses e incluso convicciones. La realidad es poliédrica y nuestra mirada siempre será subjetiva, pero en nuestra mano está el deber de informar y comunicar con sentido crítico y plural.

Aquí acaba la experiencia de un estudiante de Publicidad y Relacionas Públicas de la Facultad de Ciencias, Sociales, Jurídicas y de la Comunicación del Campus de Segovia de la Universidad de Valladolid. Espero y deseo que las diferentes entradas publicadas en este blog hayan interesado a sus lectores (socios, donantes e interesados en el trabajo de esta pequeña ONGd) y haya sido capaz de transmitir todo lo mucho que he visto y vivido. Agradezco, también, el seguimiento e interés mostrado por el contenido que he ido subiendo a lo largo de los últimos meses en las redes sociales de ADEPU.

¡Hasta siempre!

 

Notas y referencias:

  1. www.cpj.org.
  2. www.freedomhouse.org.
  3. www.mediafound.org.
  4. www.lse.ac.uk.
  5. International Comunication Gazzette, Vol. 64.
  6. www.revistapueblos.org.

 

Jaime Falcón López es estudiante de 4º curso del grado de Publicidad y Relaciones Públicas de la Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación de la Universidad de Valladolid (España).